jueves, 21 de marzo de 2013


''Promete que no me fallarás, que me follarás, que me brillarás, que me chillarás entre las sábanas. Promete que este 'siempre' escrito con promesas y subrayado con besos no se borrará ni con el típex del tiempo. Si me subes al cielo, no me bajes, no me tires nunca, que la hostia puede ser mortal. Promete que los 'te quiero' serán conjugados siempre en la primera persona del plural. Promete que cuando hables de mí, hables de nosotros. Promete que las promesas se crean, no se destruyen y tampoco se transforman.''


Un 'que te jodan' en el momento oportuno. No un 'hasta luego', no. No te confundas. Esto es un 'adiós' en toda regla, de los pies a la cabeza. Solo quiero echarte de menos una vez. No más. Solo quiero hundirme con el Titanic una vez. Y luego salir a flote aunque haga frío. Solo una puta vez eso de que las canciones me sepan a recuerdos. Solo una puta vez eso de que el humo de los cigarros escriban tu nombre. Yo solo muerdo el agua por ti una vez, que eso hace un daño de la hostia. Yo solo me disfrazo de ti una vez, y si tú te disfrazas de mí. Acuérdate de eso que decíamos que si queríamos, parábamos los relojes de todo el mundo y a la mierda los problemas. Acuérdate de cómo mi cama no sabía dormirme sin ti. Acuérdate de todas las promesas que nos hicimos en las servilletas de aquel bar que nos daba tequila del malo.